“Siguiendo a Li” propone, sugiere, susurra: el hombre: una vuelta más en el espiralado camino del kósmos de observarse a sí mismo. En este Intento, lo propiamente humano como puente-y-posibilidad; como Ojo de un Cielo que Se refleja y Se comprende.
Este libro, busca transformarse en catalizador de esa posibilidad: el hombre en su evolución conciente. Su forma: un diálogo entre un discípulo y su maestro. Diálogo que quiere ser bosquejo de un mapa que brinde al lector algunas coordenadas para trascender el estrecho punto de vista del ego y la sombra: su muerte como forma.
“Siguiendo a Li” se posa sobre las murallas del “yo”: las palabras, y desde allí, cartografía un “más allá” de ellas. Un más allá que se encuentra en los silencios que se dejan ex–presar en su meditativa lectura.
Este libro, busca transformarse en catalizador de esa posibilidad: el hombre en su evolución conciente. Su forma: un diálogo entre un discípulo y su maestro. Diálogo que quiere ser bosquejo de un mapa que brinde al lector algunas coordenadas para trascender el estrecho punto de vista del ego y la sombra: su muerte como forma.
“Siguiendo a Li” se posa sobre las murallas del “yo”: las palabras, y desde allí, cartografía un “más allá” de ellas. Un más allá que se encuentra en los silencios que se dejan ex–presar en su meditativa lectura.
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